A quienes pensaban visitar Miami Beach y alquilar un económico apartamento a través de, por ejemplo, Airbnb, no les será tan fácil: la ciudad del estado de Florida está implementando mano dura contra la epidemia de alquileres de corto plazo.
En estos días, la policía incluso desalojó a turistas que se estaban quedando en 31 propiedades que fueron multadas, según un memo del administrador municipal Jimmy Morales del 17 de agosto, divulgado recientemente.
Norma clara
Los alquileres de menos de seis meses y un día están prohibidos en buena parte de Miami Beach, con playas turquesa y la dinámica vida nocturna de esta parte de Estados Unidos, que recibe millones de turistas al año.
Las autoridades argumentan que el ambiente "festivo" de los inquilinos las 24 horas es una gran molestia para los residentes. También aseguran que muchos de estos arrendadores, básicamente, suelen evadir los impuestos.
En estos alquileres de corto plazo "se amontonan cinco a diez personas en una habitación y están de fiesta toda la noche", dijo a AFP Michael Grieco, comisionado de Miami Beach.
"No es un asunto de turismo. Es un asunto de calidad de vida para los residentes. Y en segunda instancia es un asunto de evasión de impuestos".
Desde marzo de este año los propietarios y las páginas web de alquileres de corto plazo fueron multados por cifras que van de 20.000 a 80.000 dólares, de acuerdo al memo divulgado por el diario local Miami New Times.
Dieciocho de las citaciones fueron "para compañías que publicitaron alquileres de corto plazo como Airbnb, Homeaway y Booking.com", detalla el texto.
Actualmente hay cientos de investigaciones en curso sobre "miles de viviendas listadas", detalló Grieco.
Razones de peso
El endurecimiento de las medidas comenzó cuando, en marzo, la ciudad aumentó de unos cientos a 20.000 dólares la multa por alquilar viviendas a corto plazo.
Antes los propietarios pagaban felizmente esta multa como si se tratara de un impuesto, dijo Grieco, para explicar la razón de este empinado aumento. Ahora los propietarios lo pensarán dos veces antes de listar su propiedad.
Los propietarios, claro, no están muy contentos. Argumentan que la ciudad está favoreciendo a los grandes hoteles y que el turismo y las inversiones en el área van a sufrir las consecuencias.
Ross Milroy, un agente de propiedades de lujo en Miami Beach, dijo a AFP que evalúa presentar una demanda colectiva argumentando que estas redadas son ilegales.
Su fundamento es un estatuto estatal de 2011 que prohíbe a los gobiernos locales regular la duración o frecuencia de los alquileres vacacionales.
Benjamin Brait, vocero de Airbnb, dijo que están "deseosos de trabajar con los líderes comunitarios y los propietarios en los próximos meses para crear normas justas que permitan compartir hogares".
Airbnb es la firma la más afectada, con multas que ascienden a 80.000 dólares.
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